jueves, 26 de noviembre de 2009

La música mejora el aprendizaje y la memoria en la infancia: Experimentos.


La selección de las actividades musicales en la infancia es algo que debe ser cuidadosamente estudiado. Debemos partir de unos adecuados criterios pedagógicos para seleccionar las condiciones ambientales más propicias de manera que se potencie no sólo el desarrollo de las habilidades musicales, sino también el de las cognitivas, afectivas o lingüísticas.

Con la música se mejora la orientación espacial y temporal, la socialización, la creatividad, la espontaneidad, la perseverancia, la confianza en uno mismo, la concentración, la seguridad, la atención, la adquisición del esquema corporal y, según fundamentados estudios, también la memoria verbal de los niños. En definitiva, la capacidad de aprendizaje.


Experimentos:

Atendiendo a los resultados de las investigaciones de los psicólogos de la Universidad de Hong Kong, llevadas a cabo con 90 niños, y publicadas por Neuropsycology, los niños que estudian música mejoran la memoria verbal.

El experimento que desarrollaron consistió en examinar a 45 niños que se encontraban integrados en orquestas escolares y que llevaban más de 5 años tocando un instrumento y compararlos con otros 45 que no tenían ningún tipo de formación musical.

Los resultados mostraron que los primeros memorizaban más palabras de una lista dada. Transcurrido un año, un grupo de los 45 niños músicos que habían dejado la música volvió a pasar la prueba, comprobándose que su memoria verbal había empeorado, aunque no para ponerse al nivel de los que nunca habían recibido enseñanzas musicales. Mientras que los que nunca habían sido adoctrinados musicalmente y comenzaron a serlo, mejoraron.

Esto se explica porque con la música se desarrolla la parte cerebral izquierda, encargada de las aptitudes musicales y de la memoria verbal.

Estos estudios cobran mayor sentido si tenemos en cuenta los trabajos realizados por Jim Clark, jefe de la División de Aprendizaje Preescolar y Educación Artística y Helen Taylor, jefe de Educación Musical, de la Universidad de Northumbria, Reino Unido que, tras realizar un programa durante 3 años con 600 niños de entre 1 mes y 5 años, comprobaron cómo el contacto temprano con la música mejora la respuesta a estímulos, la concentración y la capacidad de aprendizaje.

El estudio consistía en formar musicalmente a los pequeños antes de que comenzara su formación reglada. Para ello, se contó con la colaboración de músicos profesionales que trabajaban con los pequeños dándoles instrumentos.

Después de tres años, se comprobó que esta estimulación había mejorado su capacidad de aprendizaje lingüística y matemática, tornándose más precisa, atenta y receptiva.

Con estas dos investigaciones se corrobora la importancia y el valor de la música desde los primeros momentos de vida para mejorar y afianzar las capacidades de aprendizaje humano.


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